La Casto dijo a Santa Brígida de Suecia: «Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos.
Para rezar este Rosario, es necesario contar con un rosario tradicional y seguir los siguientes pasos:
Ambas obras serán de ayuda fundamental para la consulta de la doctrina católica enseñada por los papas y concilios.
Considera, alma piadosa, el tristísimo cuadro de soledad y desolación de María que ahora se ofrece a tu contemplación, sepultado el sacrosanto cuerpo de Jesús tu redentor. Posteriormente que la dolorida e inconsolable Origen hubo desahogado un tanto la extensión de su dolor sobre el inanimado cuerpo del Hijo descendido de la cruz, lamentando amargamente el bárbaro estrago que los hijos del pecado habían hecho en aquel cuerpo impecable y adorabilísimo, los piadosos varones José y Nicodemo, tras haberlo embalsamado, suplicaron compasivos a la Origen afligidísima que les permitiese darle sepultura antes que cerrase la Perplejidad.
Pondera, alma mía, las ansias, las fatigas, las penalidades, en fin, de toda clase, que hubieron de atormentar el alma purísima de María en tan amplio y penoso viaje. El temor de ser descubierta y alcanzada por los feroces soldados de Herodes; los quejidos de las inocentes víctimas sacrificadas a su furor e impiedad; el llanto y alaridos de las desconsoladas madres; las dificultades y peligros de la huida; los rigores de su extrema pobreza… ¡ay!
Casi nada el enjuiciador Pilatos para satisfacer la hidrofobia y furor de los judíos, sedientos de la crimen del Preciso, hubo pronunciado la sentencia de muerte contra el Autor soberano de la vida, cuando estos aprestaron la cruz en que había de ser clavado, cargáronla sobre sus delicadas espaldas, y atada al cuello una gruesa soga, le arrastraron por las calles de Jerusalén camino del Calvario, en medio de un diluvio Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo de injurias, insultos, blasfemias y escarnios.
En el siglo XII los religiosos servitas celebraban la memoria de María bajo la Cruz con oficio y Culto particular. Más Delante, por el siglo XVII se celebraba el domingo tercero de septiembre.
El gratitud de Cristo por parte de Simeón anuncia el sufrimiento de María próximo al de su hijo .
A forma de advertencia de los siete dolores de la Casto María con ellos podemos conservarse a la conclusión que esta es una de las formas que tiene la Virgen de compartir los sufrimientos más profundos que vivió en la tierra.
Repara en fin que encomienda su alma en manos del Padre, que inclina la vanguardia sobre su pecho y expira. ¡Oh pena! ¡oh tormento! ¡oh dolor el de una Origen que está presente en tan tristes circunstancias, y en un espectáculo tan desgarrador!
Esta actos se cimiento en meditar y rezar sobre los siete dolores que la Raíz de Jesús experimentó mientras acompañaba a su Hijo en su camino hacia la redención de la humanidad.
El dolor cada momento más profundo de nuestra Santa Origen puede haberlo consumido todo mientras sostenía el cuerpo aún tibio de su hijo por última ocasión.
¡Oh Origen afligidísima, y por todos conceptos llena de amargura! Compadecido del acervo dolor que martirizó vuestro corazón en el cruel armonía de vuestro Hijo en la calle de Amargura, al verle desfigurado, realizado de dolores, saciado de oprobios y oprimido por el llano peso de la cruz, os suplico con humilde rendimiento y sincero dolor de mis pecados, que me alcancéis Gracejo para levantarme de mi mortal abatimiento, a fin de que fortalecido con el ejemplo de vuestras soberanas virtudes, tenga valía para sostenerme en mis terribles caídas en el camino del pecado, y socorredme para que no sucumba bajo su peso, y renueve los tormentos de mi Salvador, y vuestro dolor y amarguras.
Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo firme.